Ruta Canet de Mar

Casa del notario Pere Rull

De la Casa Rull son interesantes los exteriores, en el interior solo se conservan algunos pavimentos hidráulicos.

El edificio se tiene que considerar como una unidad artística y ello queda claro por el hecho de que no tiene fachadas separadas, sino que la baranda del balcón une las tres fachadas en una única. El edificio fue encargado a Domènech i Montaner por el notario Pere Rull i Trilla en 1900, fecha de plenitud máxima del Modernismo en toda Europa. Por primera vez en Reus, se construye una casa con características Art Nouveau puras, como la baranda del balcón de piedra del primer piso, con decoración vegetal de tallos y hojas en la forma ondulada coup de fouet (golpe de látigo). Esa baranda unifica las tres fachadas en una y acentúa el “diálogo” de la arquitectura con la naturaleza del jardín, donde los motivos vegetales y florales de la piedra trabajada toman vida real. También por primera vez, Domènech aplica el ladrillo visto a una vivienda. Hasta entonces, el arquitecto había usado esta solución - reservada para las construcciones industriales - en edificios de uso colectivo, como la Editorial Montaner i Simon o el Café-Restaurant de la Exposición Universal, pero nunca en una casa particular.

En la fachada también encontramos elementos decorativos simbólicos o alegóricos, algunos relacionados con el oficio de notario de Pere Rull, como la gran pluma para firmar y dar fe, entre las iniciales PR, dos pares de balanzas de la justicia y el león de la fortaleza que sostiene el libro de la ley. Además, hallamos ornamentos medievales, una reminiscencia de la etapa ecléctica y pre-modernista que Domènech está cerrando: dragones en la esquina y en el coronamiento, un casco de armadura sobre el escudo heráldico que simula las balanzas, almenas coronadas que rematan la fachada por la parte superior, vierteaguas en los balcones del primer piso y acabados flamígeros en los dinteles de las ventanas del segundo piso. En la evolución del Modernismo, la decoración medieval de las fachadas irá dejando paso a la decoración naturalista, y las casas con reminiscencias de antiguos castillos adoptarán un revestimiento exterior como de jardín urbano: flores, frutos y motivos vegetales de tallos y hojas se transformarán en barandillas y rejas de hierro forjado, en esgrafiados, en cerámica en relieve o simplemente colorida, en piedra trabajada.

Pere Rull murió sin hijos y legó su casa en el Ayuntamiento de Reus con la condición que se dedicara siempre a finalidades culturales. En cumplimiento de tal condición, alojó primero el Museo-Archivo Prim-Rull, y actualmente es la sede del IMRC, un organismo municipal que se dedica a tareas de dinamización cultural.