Entre 1908 y 1909 la Fábrica Jover, Serra i Cía fue creciendo, por lo que los propietarios decidieron ampliar el recinto fabril con un edificio que alojara el almacén, despachos, una máquina de vapor y nuevos telares. Lluís Domènech contó con la colaboración de su hijo Pere Domènech Roura. Es una obra proyectada con ladrillo visto de la que destaca la cubierta catalana, los grandes ventanales dentados y el rosetón central de cerámica.