Además de exposiciones temporales de arte contemporáneo, en la Fundación Antoni Tàpies encontraréis muestras de la colección permanente del museo, con obra del artista Antoni Tàpies, además de un fondo documental sobre arte de culturas no occidentales, en la Biblioteca de la institución.
El edificio de la Editorial Montaner y Simón, considerado pre modernista, es el proyecto más antiguo de los que Domènech i Montaner realizó en la ciudad de Barcelona. Algunos edificios suyos construidos con anterioridad no se conservan. Y otros ambiciosos proyectos, como el de las lnstituciones Provinciales de lnstrucción Pública, nunca se llegaron a hacer realidad.
En la fachada de este edificio de Domènech i Montaner, sobre el cual luce una escultura de Antoni Tàpies titulada Nube y silla, dos siglos de arte se reencuentran. La mezcla de estilos puede resultarle sorprendente al espectador. La intención de Lluís Domènech i Montaner, al diseñar esta fachada, fue también muy sorprendente y antiacadémica. Fue todo un manifiesto revolucionario, construido en ladrillo y decorado con hierro forjado y cerámica, que incorpora referencias al estilo gótico y a la heráldica combinados con símbolos que entonces eran progresistas, como engranajes dentados y estrellas de cinco puntas. Son las primeras muestras del lenguaje personal del arquitecto, que conecta con la manera innovadora de ver las cosas de finales del siglo XIX y que irá consolidándose a medida que avanza su carrera. El estilo de la construcción se considera pre modernista con mucho de mudejarismo –a veces a este estilo se le llama Renaixença– porque se encuentra lejos de la plenitud del movimiento modernista, alcanzada veinte años más tarde, y porque todavía no incorpora los tópicos de temas naturalistas y la riqueza decorativa posterior. Pese a ello, se considera que Domènech fue uno de los pioneros, quizás incluso un precursor, del famoso coup de fouet, la forma más característica del Modernismo a escala internacional, porque en el edificio de la Editorial Montaner y Simón ya aparece en las ventanas a pie de calle.
La Editorial Montaner y Simón llegó a ser la mejor imprenta de Barcelona, con maquinaria ultramoderna, propiedad de un primo hermano de Domènech para quien también realizó muchos diseños gráficos para cubiertas de libros de lujo, actualmente piezas de coleccionista. Este pariente del arquitecto le encargaría además el edificio de su vivienda, el Palacio Montaner (actualmente sede de la Delegación del Gobierno en Barcelona) y el Castell de Santa Florentina de Canet. La ubicación del edificio de la editorial, en el Eixample, la parte más nueva de Barcelona, y además en la calle Aragó, por donde pasaba el tren, era idónea para el palacete industrial que se quería construir.
El proyecto, pues, fue concebido para un uso industrial, por eso se utilizaron materiales como el ladrillo –muy reivindicado como material tradicional catalán– y pilares o columnas de hierro fundido que, hasta entonces, en Barcelona solo se usaban en mercados y estaciones, y que estructuran el espacio en grandes zonas. El interior se iluminó con claraboyas. La luz cenital continúa dando a los interiores una claridad difusa muy interesante.