La Garrotxa es una comarca de paisajes volcánicos, verdes y carnosos, que entre otras riquezas ostenta la de ser cuna del importante movimiento paisajístico de la Escuela de Olot que lideró Joaquim Vayreda i Vila. En la capital, Olot, encontramos el Museo Comarcal de la Garrotxa, donde podemos admirar muchas pinturas y esculturas de esta escuela, así como objetos modernistas de las artes aplicadas. En las calles de Olot también hay bellas muestras de Modernismo, como las casas Gassiot y Pujador, o las esculturas de Miquel Blay. Pero la más destacada es la Casa Solà Morales
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Paseo de Miquel Blay, 38
Cómo todo miembro de la Renaixença catalana, Lluís Domènech i Montaner sentía cierta fascinación por las ciudades del norte de Cataluña, que eran consideradas esencia profunda y origen de la catalanidad. En la Casa Solà-Morales, Domènech y Montaner experimentó como una aventura la fusión de una casa señorial del siglo XVlll, muy barroca, con la arquitectura modernista más contemporánea de principios del XX. Cuando Joaquim Solà-Morales le encargó reformar su casa, le presentó una bellísima fachada de balcones barrocos con esgrafiados obra de Francesco Barilli, un pintor italiano que se había afincado en la ciudad. Domènech supo potenciar estos elementos de la fachada original, disimulando con el enlucido la anexión de una casa vecina, donde colocó una tribuna profusamente decorada. Resaltó el conjunto con unas cariátides o esculturas de mujeres sinuosas de gran belleza, muy parecidas a las que el escultor Eusebi Arnau había realizado unos años antes en la fachada de la Casa Lleó i Morera, en el paseo de Gracia de Barcelona. Eusebi Arnau colaboró con Domènech durante muchos años. De hecho, Arnau se había iniciado en la escultura en el taller de oficios y técnicas artesanales tradicionales que Domènech y Antoni M. Gallissà habían ubicado en el Café-restaurant de la Exposición Universal de Barcelona de 1888 una vez acabada esta.
Las reformas que Domènech hizo en la casa de Olot duraron tres años y modificaron muy especialmente la planta baja, que trabajó con piedra de Avinyonet, tan fina como dura, con las mencionadas esculturas y con unas bonitas rejas y barandillas de hierro forjado en el entresuelo. En el primer piso destaca la ya mencionada tribuna, uno de los rasgos definidores del edificio. Coronó el conjunto con una galería porticada con doce columnas acabadas en capitel y arcos de medio punto, y barbacana decorada con Rajola de València (azulejo) de tonos amarillos.
Esta casa es privada y sólo puede visitarse una vez al año, más información en:
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